
Cuando entramos en Puerto de Indias la discoteca estaba muy tranquilita y aprovechamos para tomar algunas copas imaginando hasta que nivel de espuma iba a llegar la discoteca llenarse.
Cuando comenzó a entrar gente el cañón de espuma empezó a disparar espuma, al principio creíamos que no iba a pasar de las rodillas pero sobre las 4.30 la espuma nos llegaba al cuello. Ibas por al discoteca y al gente te hundía en la espuma o te la echaba en el pelo. Fue una locura de fiesta, nos lo pasamos genial aunque llegamos chorreando a nuestras casas.
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